
Flotando espectral en la densa caída
desde una inmensa roca fría y negra
entre la penumbra de días sin dicha
y noches cuya obscuridad doliente cantaba
acompañada por un coro de cuervos
que al volar por el cielo en su multitud
eclipsaban el único destello de luz agonizante
Mi vista se volvía hacia una silueta que pasaba
era una doncella que en sus labios llevaba
un cantico alado con versos sin fin
un hilo plateado sujetaba mi alma a un cuerpo
que vibraba al ritmo de aquella misteriosa dama
miré mis manos y toque mi gélido rostro
extasiado por su embrujo apasionante
Rompí el hilo en el que colgaba mi alma
y me lancé al vacio tras su andar palpitante
sin miedo al riesgo de abandonarme y perderme
busqué su rastro mientras encendía mi mente
escudriñando desde lo más profundo las palabras
que sus pasos tornaran a mi encuentro
aun sabiendo la causa de mi soñada muerte
Al llegar la aurora ilumino su rostro inmortal
y giró apaciblemente su cuerpo hacia atrás
vio a lo lejos una forma espectral de un ser que fue
y que ya no lo era más, miro hacia el diciendo
aquí está el hilo plateado que ayer dejó tu alma
danzando en la neblina azul siguió su canto
y dejo al espectro sucumbir a la primera luz del alba.
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